Yoshihiko Takano, un físico de Instituto Nacional Japonés de Ciencia de los Materiales en Tsukuba es un científico como todos los que usted haya conocido (los pocos) que viven fuera de la realidad y su único amor es la ciencia. Takano no desperdicia lo que sobra de las bebidas alcohólicas, él tiene otras ideas: donarlas a la búsqueda de la superconductividad.
Takano, un hombre que gusta mucho beber, ha descubierto hace unos meses que las bebidas alcohólicas pueden transformar materiales comunes en unos materiales sorprendentes. Y de entre todas esas bebidas parece ser que el vino tinto es el mejor aditivo para conseguir transformar un material ordinario en superconductor. Por improbable que parezca, las bebidas podría ayudar a descubrir uno de los mayores misterios de la física, la superconductividad.
Los superconductores son materiales que conducen electricidad con resistencia cercana a cero.
Por ese motivo los superconductores son venerados, ya que conducen la electricidad sin ninguna resistencia. Eso los hace fascinantes desde una perspectiva teórica y también apunta a unas aplicaciones también brillantes. Si pudiéramos hacer líneas de tendido eléctrico de cables superconductores se perdería casi nada de la energía que transportan.
Takano no es un borracho, es un físico experto en materiales y ha publicado interesantes reportes en revistas científicas como IOP Science, ScienceDirect y ha sido conferencia en importantes cónclaves científicos como el XII Congreso de Cerámica 2010.