«¡Ojalá me pasaran a mí cosas así!». Seguro que todos pensaréis eso cuando os contemos la historia de Noé Murrof, un judío rabino de Connecticut que adquirió por internet un escritorio por 200 euros, se encontró en su cajón 98.000 dólares (73.000 euros)… ¡y los devolvió!
«¡Pero qué estúpido!», pensarán ahora.
«En ese momento mi esposa y yo nos miramos y dijimos ‘no podemos quedarnos con este dinero’«, dijo el bondadoso Muroff.
La pareja localizó entonces al propietario original del mueble y le devolvió el dinero.
Pero, ¿cómo es que había allí tanto dinero?
Al parecer, era parte de una herencia que habían ocultado ahí metida y no se habían acordado al venderlo.
Y como de buen nacidos es ser agradecidos, el legítimo propietario publicó una nota de agradecimiento en un portal de noticias judías:
«No puedo agradecerles lo suficiente su honestidad e integridad. No creo que haya muchas personas en este mundo que hubieran llamado. Me gusta creer que todavía hay gente buena en este mundo loco en que vivimos. Ustedes, sin duda, son unas de ellas.»