Después de cinco horas dolorida, los padres de una niña de 10 años de California se dieron cuenta de que la niña no menstruaba, sino que había recibido el impacto de una bala en los glúteos de manera accidental.
Hay veces que es difícil dar un diagnóstico sobre una patología. Los médicos son los primeros que se encuentran con este problema.
Y después de los médicos, son los padres los que en algunas ocasiones se enfrentan a problemas con difícil diagnóstico.
Esto, llevado al extremo, ocurrió, como no, en Estados Unidos, en el estado de California.
La delirante historia, que hemos conocido a través del Huffington Post, comienza cuando una niña de 10 años, al despertar, le contó a sus padres que sentía algo de dolor y al revisar su ropa interior la vieron manchada de sangre.
Los padres concluyeron que era su primera menstruación.
Sin embargo el dolor persistía y cinco horas más tarde los padres se percataron de que lo que realmente pasaba era que su hija había recibido un balazo en el glúteo.
Según parece, junto a la casa y mientras la niña dormía hubo un tiroteo. Una bala se escapó con tal mala suerte que entró a la casa e impactó en el glúteo de la niña.
Ahora está hospitalizada aunque sus heridas en absoluto revisten gravedad.