Dos fumadores precoces, de 11 y 12 años, son los sospechosos de provocar el incendio que ha devastado un gran castillo gótico en el este de Eslovaquia. Todo indica que los dos chavales encendieron un cigarrillo con unas cerillas, que no apagaron del todo y prendieron la vegetación que circunda el castillo, extendiéndose luego por el histórico edificio.
Los dos chavales, que no podrán ser juzgados por los daños causados, al ser menores de 15 años, estaban echando un pitillo a escondidas cuando la liaron parda. Los primeros bomberos en acudir a sofocar el fuego del castillo de Krasna Horka encontraron a los niños en las inmediaciones del incendio, con la caja de cerillas aún en la mano. Hasta 84 bomberos participaron en la extinción del fuego.
El Museo Nacional de Eslovaquia se apresuró a informar en su página de Facebook que aunque el daño infligido al edificio por el fuego fue extensivo, los trabajadores habían logrado salvar el 90% de las colecciones históricas contenidas en él, incluyendo reputada colección de fotografías de los siglos XIX y XX, diversos cuadros y mobiliario. Entre los daños colaterales del pitillo clandestino están el tejado del edificio, que se vino abajo, la torre del campanario y tres campanas, que se fundieron en el incendio.
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