En una lista de las promesas electorales, hay una que llama la atención sobre el resto: compresas higiénicas gratuitas para mujeres pobres.
El presidente sudafricano, Jacob Zuma, ha mencionado en repetidas ocasiones en sus últimos discursos la oferta de las compresas gratis, aunque la manera de incluirlas en su discurso sobre el estado de la Nación ha sido un poco torpe. Ahora, la promesa de compresas higiénicas aparece en el manifiesto del partido Congreso Nacional Africano (CNA) para las elecciones municipales que hoy se celebran en Sudáfrica.
“Vamos a estimular las iniciativas que impulsen el uso de compresas higiénicas para las mujeres que estén en la lista de de pacientes que ya tienen derecho a recibir atención médica gratuita”, decía Zuma ante una multitud de 120.000 simpatizantes en las celebraciones del aniversario del CNA a principios de este año.
Pero mientras que la promesa de compresas gratuitas parece que será progresiva (lo que pretenden es ayudar a las mujeres y chicas pobres que dejan de ir a la escuela cuando tienen el periodo), se ignora un problema mucho mayor para las mujeres sudafricanas: la poca capacidad de reacción del Gobierno ante la horripilante epidemia de violaciones y violencia contra las mujeres. Pero este gran problema no se menciona en ninguna parte de los discursos de Zuma, ni tampoco en el programa electoral del CNA, aparte de una referencia obligada sobre la creación de viviendas seguras para las mujeres maltratadas.
Ésta es una omisión sorprendente, apuntan los críticos, para un país que se supone que es uno de las más progresistas del mundo en lo que respecta a la igualdad de género. “El “no-sexismo” está consagrado en la Constitución de Sudáfrica, y más del 40 por ciento de los ministros del gabinete del país son mujeres. El objetivo oficial del ANC es llegar a una paridad total entre los hombres y mujeres elegidos.
Glenda Muzenda, una activista sudafricana de los derechos de género dice que el énfasis en las compresas higiénicas es trivializar los temas de la mujer cuando Sudáfrica tiene una de las tasas de violación más altas del mundo. Un estudio reciente refleja que uno de cada cuatro hombres en Sudáfrica ha admitido haber cometido una violación, muchos de esos casos nunca han sido procesados.
“¿Y esto no se menciona en el debate del estado de la nación?”, se pregunta. «No creo que las mujeres necesiten compresas. Lo que necesitan es que alguien les diga que tienen una nueva vía para terminar con la violencia de género”.
Muzenda explica que en su opinión el enfoque en las compresas higiénicas gratuitas partió de los hombres del partido con el objetivo de atraer a los votantes rurales. “Creo que es un modo de ganar votos para el CNA porque los votos de las mujeres rurales son más numerosos que los de las mujeres urbanas”, razona.
Gugu Ndima, portavoz de la Unión de Jóvenes Comunistas de Sudáfrica, que ha hecho campaña por las compresas gratuitas, considera que muchas mujeres y niñas dejan de ir al trabajo y a la escuela durante unos días porque no pueden permitirse el coste de las compresas y tienen que quedarse en casa. Esto tiene un “serio impacto socioeconómico” para el país, asegura.
«Creemos que [las compresas gratuitas] aliviarían la carga de las mujeres. Es una necesidad básica, pero se ha mercantilizado por el sector privado. Las empresas hacen grandes negocios con este mercado”, dice Ndima.
También es una cuestión de higiene, con muchas mujeres que recurren a la utilización de periódicos o telas, añade.
“No hay ningún tema menor cuando se trata de asuntos de la mujer en el sur de África. Nunca debemos menoscabar cuestiones que tengan que ver con la mujer”, afirma Ndima. “En realidad, esto confirma el hecho de que el gobierno ha estado a la vanguardia de la defensa de las necesidades reales de las mujeres”.
La cuestión de las compresas higiénicas ha sido promovida por la Liga Juvenil del CNA, que argumenta que si el gobierno puede proporcionar preservativos gratuitos, algo que hace como parte de la prevención del VIH-sida, entonces también debería proporcionar compresas gratuitas a las mujeres de las comunidades pobres como “derecho humano básico”.
“No puede admitirse en ningún caso que las mujeres se sometan a prácticas insalubres y antihigiénicas para responder a sus necesidades naturales porque no tienen dinero”, ha declarado Jacob Lebogo, secretario provincial de la Liga Juvenil del CNA a la agencia local de noticias African Eye.
Aunque las compresas sanitarias promoverían la igualdad de género al ayudar a las chicas a que acudan a la escuela, la violencia contra las mujeres continúa dañando la vida de muchos sudafricanos de un modo mucho más dramático, advierte Mona Hakimi, responsable de comunicación del programa Gender Links.
“Las compresas higiénicas no supondrán una diferencia radical para las chicas jóvenes y para las mujeres si ellas están constantemente amenazadas en su vida diaria por las violaciones o por la violencia”, escribe Hakimi en un artículo de opinión.
Muzenda sospecha que el CNA puede ser reacio a adoptar una postura firme sobre la cuestión de la violencia contra las mujeres debido a l historial legal de Zuma. El presidente sudafricano fue juzgado por un caso de violación en 2006 y fue absuelto de los cargos. La presunta víctima fue vapuleada verbalmente por los partidarios de Zuma cuando entró y salió de la sala del juicio.
“Zuma no está hablando de la violencia de género”, dice Muzenda. “Si Zuma hubiese querido redimirse habría hablado de la violencia de género en cada uno de sus discursos. Sería empezar a que esa idea fuese calando en la cabeza de la gente joven”, termina Hakimi.