El vicepresidente de Colombia, Angelino Garzón, ha reconocido públicamente que ha rechazado una oferta para ser embajador en Brasil tras las próximas elecciones porque su perro, un pastor alemán de nombre Orión, podría no adaptarse al clima, lo que ha llevado incluso al Gobierno a intervenir para pedir perdón al Ejecutivo de Dilma Rousseff.
El vicepresidente no figura como compañero de fórmula del mandatario Juan Manuel Santos para las elecciones del 25 de mayo y, por tanto, los próximos comicios supondrán en cualquier circunstancia su salida del poder.
A las dudas sobre cuál sería su futuro político ha respondido Garzón en una entrevista con la revista ‘Semana’ en la que ha reconocido que la Embajada de Brasilia figuró como opción. Sin embargo, renunció a ella porque «el perro está muy peludo y el clima caliente de Brasilia le podía hacer daño».
La ministra de Exteriores colombiana, María Ángela Holguín, ha asegurado este martes que ha sentido «mucha vergüenza» al conocer las declaraciones de Garzón. En este sentido, ha lamentado que el vicepresidente haya dado «una respuesta tan desentonada» a pesar de que Brasil «no ha podido comportarse mejor» con él durante estos años.
«La verdad, yo sí lo siento mucho con Brasil, me da mucha vergüenza y les ofrezco todas las excusas al Gobierno brasileño y a su pueblo», ha expresado Holguín, que ha reconocido la «tristeza» que le provocan respuestas como la del ya famoso perro Orión.
La canciller, además, ha puesto en duda la versión de Garzón y ha asegurado que tanto ella como el presidente Santos recibieron una carta del vicepresidente en la que éste alegaba motivos personales para rechazar su nombramiento. «La verdad es que uno se imagina que motivos personales son algo realmente más de fondo», ha apostillado.
RAZONES PERSONALES
Garzón ha prometido este martes que aclarará próximamente los motivos personales que le llevaron a rechazar la Embajada y que apuntó, sin mencionarlos, en la carta remitida a Santos y Holguín. No obstante, ha insistido en que el perro forma parte de la familia e irá con él sea cual sea su futuro político.
El vicepresidente ha negado que su rechazo vaya a perjudicar las «buenas» relaciones entre Bogotá y Brasilia y ha lamentado que muchos no le han «sabido entender» en Colombia.
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