A este palestino todo le salió mal desde el mismo momento de nacer.
Sí, porque a sus padres no se les ocurrió otra cosa que ponerle de nombre Hitler.
Y para más inri, vive en Israel, rodeado de judíos.
Su historia la hemos conocido a través del periódico Diagonal.
Hitler Abu Hammad, que así se llama, cuenta que fue a los 14 años cuando comprendió que su vida no iba a ser fácil por culpa de su nombre y de un señor, un personaje histórico, del que apenas conocía nada.
Fue a esa edad cuando unos policías judíos le pidieron por promera vez que se identificase. No se lo creían, pensaba que les estaba tomando el pelo y le golpearon.
«¿Así que quieres matar israelíes?», le decían.
Lo peor estaba por llegar: 2005 se lo pasó en prisión por su nombre. «No fue por otra cosa», dice.
Sus padres, culpables en cierto modo de su desdicha, dicen que «no sabían qué era lo que había hecho Hitler con los judíos. Sólo conocían su nombre, que era una persona importante; en las fotos les parecía que tenía cara de buena persona«, explica Hitler Abu Hammad.
Finalmente les excusa. «No puedo culparles», dice.