La proximidad del verano y las exigencias que impone el modelo estético actual alientan la realización de diferentes prácticas para poder “llegar bien” a la época estival, ya que las altas temperaturas obligan a estar “más sueltos de ropa”. Y para lograr un buen estado físico muchas personas se someten a extensas jornadas en el gimnasio y dietas extremas que pueden perjudicar su salud.
Uno de los recursos en los que se cae a la hora de “prepararse para el verano” es en la “dieta mágica”, que promete una especie de salvación, una transformación en forma rápida, precisa y sin demasiados esfuerzos. Sin embargo, la efectividad no es tal y generalmente producen efectos opuestos a los buscados.
El médico nutricionista Alberto Cormillot en una de sus “10 claves para adelgazar” explica que este tipo de planes “no permiten lograr una pérdida de peso a largo plazo y no producen mejoras en la salud de las personas”. “Lo problemático ocurre una vez que la gente empieza a hacer dietas muy drásticas sin haberse hecho ningún estudio previo”, apuntó la directora adjunta del hospital Luisa C. Gandulfo, Mónica Malchiodi.
Por eso, la directora detalló cuál es el procedimiento que se sigue en el equipo nutricional del Gandulfo: “Ante cualquier cuadro que requiera determinada dieta específica se le hace una evaluación al paciente, los estudios clínicos correspondientes y luego se deriva al especialista. Ya sea obesidad, hipertensión se les indican las características de la dieta y los nutricionista hacen el seguimiento”.
Pese a que las dietas extremas pueden generar serios desórdenes, tanto físicos como psicológicos en las personas, a diario aparecen nuevas fórmulas que prometen delgadez en poco tiempo. “Se trata de dietas absurdas, muchas veces basadas en unos pocos alimentos o de muy bajas calorías. En algunos casos, se trata sencillamente de mentiras que juegan con la credulidad y el bolsillo de las personas; en otros, al poco tiempo se recuperan los kilos que se habían visto desaparecer”, detalla el texto de Cormillot.
Lo idea es que todos aquellos que deseen bajar de peso consulten a un profesional, para que les puedan realizar los estudios previos y detectar si puede haber complicaciones con algunas dietas o la cantidad de actividad física que se propone realizar. Vale recordar que tanto el Gandulfo, como el hospital Arturo Oñativia, de Rafael Calzada, cuentan con un área de nutrición, ambos atienden a los pacientes de lunes a viernes y son gratuitos.
Así, ya no quedan excusas para hacer una dieta razonable, saludable y que surte los efectos deseados: bajar de peso y mantenimiento.
Ante la demanda de consultas en el área nutricional, los centros de salud se ven en la necesidad de reforzar el trabajo del servicio en esta especialidad y lograr un trabajo en conjunto para que los pacientes obtengan mejores respuestas. “Nosotros trabajamos con un equipo multidisciplinario compuesto por diabetólogos, nefrólogos y nutricionistas”, expresó el director del Oñativia, Francisco Grosso.
¿La preocupación es inherente a la mujer? “Tal vez la mujer consulta un poquito más, pero no con gran diferencia: el cuidado estético es una preocupación de ambos sexos”, explicó Malchiodi a este medio. En este aspecto, Grosso coincidió en que “es indistinto, ya no hay un sexo determinante” para las consultas.
Malchiodi remarcó, asimismo, la importancia de concurrir al médico de cabecera, permitir que haga los estudios y vea cómo está el organismo. “Luego hay que consultar a un nutricionista para que le den (al paciente) una dieta equilibrada y adecuada”, finalizó la profesional de la salud.