La modelo de origen rumano llamó la atención de la industria de la moda con su figura de reloj de arena, luciendo una cintura de 40 centímetros.
Iona insiste en que come tres comidas al día, incluyendo alimentos ricos en grasas como los chocolates y papas fritas.
«Tengo el estómago pequeño. Es un poco como una banda gástrica, si como demasiado me siento mal», afirmó al diario The Sun.
Según el periódico británico, Ioana tuvo, desde su nacimiento, un cuerpo «normal», pero durante la adolescencia empezó a notar que su cintura no crecía. Spangenberg cuenta que cuando tenía 13 años jugaba a que sus amigos la rodearan completamente sólo con sus manos abiertas alrededor de su cintura.
Ioana siempre estuvo acomplejada de su cuerpo hasta el año 2006, cuando conoció a su actual marido, que la animó a ser modelo. Desde entonces, asegura que no se siente avergonzada, aunque reconoce que le gustaría engordar unos kilos.