Una mujer peruana de armas tomar quiso dar una lección ejemplarizadora a su pareja tras confirmar que la familia que él decía ya no era parte de su vida en realidad sí lo era. Según informó la prensa del país hermano, la mujer llevó al hombre como que si nada pasara hasta un hostal de la localidad de Breña y, muy paciente, esperó a que se durmiera para dar su certero golpe y cercenarle el pene.
El caso recordó al de Lorena Bobbitt, la norteamericana que el año1993 hizo lo mismo con su marido John Bobbit producto de las humillaciones y maltrato que sentía sufrir de su parte. El hombre pudo retomar casi normalmente su vida tras el reimplante de su miembro, técnica médica que la peruana se encargó de imposibilitar en el caso de su ex.
historia
Julia Muñoz Humanñahui, de 51, mantenía un amorío con Ramón Celestino Arias Apaico, casado, de 50, quien durante la relación siempre le recitó la conocida historia de que aunque mantenía contacto con la madre de sus hijos, no existía vida marital entre ambos.
Sin embargo, la mujer comenzó a dudar por algunas conductas extrañas y confirmó que todo era una mentira pues Ramón Arias sostenía una relación con ambas y al mismo tiempo. Eso hasta que la noche del sábado, Julia preparó una dulce noche para ambos tras asistir a un bautizo en la localidad de Márquez, en el Callao.
De ahí ambos, muy acaramelados, se fueron al Hotel Fraternidad, ubicado en Breña, donde tras mantener un último y final encuentro carnal, la mujer esperó paciente a que él se durmiera, sacó de su cartera un cuchillo de cocina de 20 centímetros y actuó.
al WC
Al parece, fue sin mayor resistencia que la mujer logró su cometido y, para dejarle en claro a su ex pareja que con ella no se jugaba, lanzó el pene al inodoro de la habitación y tiró la cadena, dejando condenado a la tristeza más profunda para el resto de sus días a Ramón.
Según el reportero del diario Correo de Perú, el hombre, ya mutilado, pidió ayuda a los dependientes del hostal a quienes les «‘repetía una y otra vez que buscáramos su miembro’, narró un empleado».
Julia Muñoz fue retenida por los trabajadores del lugar y ante la policía no sólo confesó su venganza, sino que dijo no estar arrepentida.