Un niño de 11 años de edad descubrió los restos de un mamut en un estado de conservación excepcional, a pesar de que está extinto desde hace miles de años.
El descubrimiento tuvo lugar en agosto cerca del golfo de Yenisei, a la orilla del océano Ártico, en la península de Taimyr, donde el animal había sido hasta ahora preservado en el permafrost (capa del suelo permanentemente congelada), explicó Alexei Tikhonov, director del Museo Zoológico de San Petersburgo. Sin embargo, esta semana dieron a conocer públicamente el hallazgo.
“Un niño de 11 años de edad, Jenia (Evgueni) Salinder, paseaba junto a su hermano por la orilla del Yenisei. Sintió un olor desagradable y vio algo que sobresalía: eran las patas del mamut. Es un espacio abierto, donde las tormentas erosionan la orilla del río y eso fue lo que liberó al elefante fósil», dijo Tikhonov.
Los padres de los niños avisaron a la estación polar. “Fuimos allí con un funcionario de la Comisión Internacional del Mamut y encontramos un cuerpo bastante grande. Teníamos que actuar con rapidez, pero estábamos solos. El personal de la estación meteorológica nos ayudó, cavaron con nosotros durante cinco días, ocho horas al día. Sin ellos, nunca lo habríamos logrado”, dijo el científico.
Los restos fueron trasladados por helicóptero a Dudinka, ciudad principal de la península de Taimyr, donde permanece en un depósito excavado en el suelo congelado. “Tenemos la intención de llevarlo a San Petersburgo o a Moscú, para estudiarlo”.
El niño Jenia
El animal fue llamado Jenia, nombre del niño que lo descubrió, y se espera que la familia reciba una recompensa, pues son de escasos recursos económicos.
El mamut descubierto tenía entre 15 o 16 años de edad y, en vida, medía 2 metros de alto y 3 metros de largo. “El esqueleto está casi completo, incluso puede que el corazón entero esté en la caja torácica. Se puede hablar del mamut del siglo, pues el descubrimiento sólo ha sido superado por un ejemplar encontrado en 1901”.
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