El dispositivo se llama Emily y será utilizado como un asistente de los socorristas humanos, aunque el aparato será el primero en brindar ayuda a quien se esté ahogando, mientras llega el resto de la brigada.
A este respecto uno de los inventores de la máquina y presidente de la compañía Hydonalix, Bob Lotrup, anunció que por ahora el robot no reemplazará a una persona, sino que servirá como una herramienta que mejorará su eficacia.
En realidad, se trata de una plataforma parecida a una boya que se dirige por control remoto y que cuenta con diversas ventajas sobre su compañero de carne y hueso: es seis veces más rápido, ya que alcanza una velocidad de 45 km/h, no se cansa, y lo que es más importante, se lanza al rescate sin importar cuáles sean las condiciones meteorológicas.
Dotado de una cámara y unos altavoces Emily es capaz de calmar a la persona, avisándole que la ayuda humana ya está a punto de llegar.
Hydronalix probó en acción su primer robot en 2009, pero recientemente es que ha comenzado la producción masiva del producto, que ya se encuentra disponible en el mercado para todos los interesados.
Desde entonces, Emily adoptó una serie de características de seguridad adicionales, como una pantalla defensiva en la válvula de admisión, que evita el impacto del motor con el cabello largo o los dedos de los rescatados o socorristas. Además para mayor comodidad, el robot ha sido abastecido con ojales especiales, capaces de soportar el peso de una persona antes de la llegada de los equipos de rescate.
Se plantea que en el robot tenga en el futuro un detector incorporado para que pueda hallar a las personas sumergidas.