Un matrimonio de Vigo con tres hijos, de 4, 7 y 11 años, se verá en la calle después de que la próxima semana se subaste su vivienda por no poder pagar la hipoteca. El cabeza de familia, Efraín Motos Fernández, reclama algún tipo de ayuda para no tener que verse en la calle. Actualmente subsisten gracias a una prestación de la ley de dependencia porque su hija Evelyn tiene una enfermedad rara denominada síndrome de Wolf y necesita una atención permanente.
Cobraban 520 euros, pero afirman que desde hace dos meses esta prestación ha sufrido un recorte y los ingresos se han quedado en 442 euros mensuales. «No entiendo cómo es posible que nos hayan recortado del dinero de mi hija, que es sagrado, es que ya no nos podemos apretar más el cinturón, al final somos los pobres los que estamos pagando la crisis», lamenta Efraín. Con esta cantidad, apenas les da para vivir. A la familia le han negado otras ayudas debido a que ya reciben la prestación por dependencia, que consideran insuficiente.
Sin luz
Desde hace cuatro días se alumbran en casa con velas porque les cortaron la luz por no poder pagar la factura. Había que priorizar y primero eran los libros de texto de los niños, que todavía están pagando a plazos. «Muchas veces me acuesto con el estómago vacío porque no hay qué comer», afirma.
La vida de esta familia no siempre fue así. Hasta hace pocos años tenían ingresos suficientes para mantenerse dignamente. El matrimonio ganaba unos 2.000 euros mensuales con la venta ambulante de ropa en ferias. En la casa nunca faltaba de nada y aún ahorraban dinero para irse de vacaciones. Pero la enfermedad de su hija obligó a la madre a dejar de trabajar. La demanda cayó después por la crisis. «Esto es una rueda, tú no cobras y entonces no me compras; llegó un momento en el que no ganábamos ni para gasolina», explica.
Sin alternativa
En septiembre del 2009 dejó de poder pagar la cuota mensual de 600 euros de la hipoteca. Por ese motivo, Efraín está a punto de perder el piso en el que reside desde que era un bebé y sin tener ningún lugar alternativo donde irse a vivir con su familia. Y lo que es peor, también se quedará sin casa un tío suyo que actuó de avalista. Afirma que el banco le negó la dación en pago porque el piso estaba gravado con una deuda a mayores de la hipoteca de 6.000 euros a la que se negó a hacer frente. La única solución es que le concedan un alquiler social, pero hasta el momento se la han denegado.
La niña que aporta los únicos ingresos de la casa padece una enfermedad rara
Han dejado de pagar la luz para poder costear a plazos los libros del colegio
http://www.lavozdegalicia.es