Pasaba ya la 1 de la mañana cuando la audiencia del programa En el aire, de Andreu Buenafuente, vio en directo cómo un mago conseguía lo aparentemente imposible: teletransportarse a Nueva York en directo y regresar a los estudios de Sant Just Desvern. El programa de LaSexta invitó al joven Antonio Díaz, que estaba decidido a dejar sin palabras, no sólo a los espectadores, sino a todo el equipo del programa. El truco fue simplemente perfecto y consigue enganchar al atónito observador.
Buenafuente ya había anunciado que iba a recibir «al mejor mago del mundo». Y ahí apareció él, Antonio Díaz, el conocido como Mago Pop, con su cara de no haber roto nunca un plato. Con una pelota seleccionó a sus víctimas entre el público. Y a cada uno le pidió una cosa: una carta, una ciudad, una comida, una palabra, un objeto personal y un teléfono móvil.
Nadie sabía lo que iba a pasar hasta que el mago se introdujo en una caja y desapareció. A continuación, en la gran pantalla del plató se vio cómo aparecía de dentro de una maleta en las puertas de un hotel. «Algunos pensaréis que esto está grabado», dijo el Mago Pop, «pero si estuviese grabado, ¿cómo iba a tener esta carta que es la que ha elegido Berto?». Caras de sorpresa. Pero el joven prosiguió: «Quizás podría haber grabado esto con las 52 cartas pero, ¿y si os digo la palabra ‘croqueta’?» Era la que minutos antes había elegido una chica del público elegida al azar.
A partir de ahí, el truco sigue maravillando a los espectadores. «Podríais pensar que estoy en un chroma, pero ¿acaso esto es un chroma?» y el Mago Pop echó a correr hasta situarse en pleno Times Square de Nueva York, que era la ciudad elegida por otro voluntario. Se compró un perrito caliente y enseñó el teléfono móvil y el paquete de pañuelos de papel que le acababan de dar en directo otros dos chavales del público. A los pocos segundos, Antonio Díaz se metió de nuevo en la maleta y reapareció en plató.
Buenafuente confesó tener «la piel de gallina» y Berto Romero se quedó sin palabras: «Estoy muy mayor para esto», dijo. Pero la apoteosis llegó cuando el mago le pidió a la chica que le había dejado el teléfono móvil que mirase su teléfono para comprobar que le había enviado una localización por Whatsapp donde se veía perfectamente que había estado hacía unos segundos en el corazón de Nueva York.
Sin duda un número digno de un maestro de engaño o quien sabe, de la magia. Buenafuente zanjó el programa con un arpón digno de los grandes: «Vámonos a casa usando la caja, que llegaremos antes». Aunque nos da que la teletransportación es cosa de magos.