Esta piscina es «uno de los recursos turísticos más importantes de la zona», según explica la alcaldesa del municipio, Ángeles Navarro.
El agua proviene de manantiales de las montañas cercanas y tiene uso todo el año, ya que mientras en verano es una piscina abierta todo el día, en invierno se utiliza para el riego.
«Es una de las pocas piscinas del mundo en la que la gente se puede bañar mientras se ve el paisaje de la sierra», señala la alcaldesa de esta localidad de 400 habitantes, situada a 134 kilómetros de la capital onubense en el corazón del Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche.
La enorme piscina fue inscrita en 2009 en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz como Bien de Interés Cultural, con la tipología de Lugar de Interés Etnológico, así como todo el conjunto en el que se encuentra, bajo la denominación de «El Ruedo y conjunto hidráulico de La Laguna».
Para aprovechar su uso en verano, el Ayuntamiento instala una depuradora, de forma que se garantiza el baño de todas las personas que acuden al municipio en busca de este curioso recurso turístico de la comarca.