En la ciudad rusa de Novomosovsk, un joven de 23 años se colaba por la ventana de una casa donde una anciana dormía plácidamente.
El hurto parecía de fácil ejecución, pero la anciana se levantó y Sergéi Ivanóv tubo que esconderse debajo de su cama.
El joven esperó a que la mujer se quedara dormida, pero finalmente cayó rendido en los brazos de Morfeo , y sus ronquidos fueron los que alertaron a la anciana, que llamó inmediatamente a la policía al ver que de debajo de su cama sobresalían unas deportivas.
Cuando llegó la policía, Ivanov continuaba dormido, y tuvo que ser un agente el que le despertara para detenerle.
Ahora se encuentra detenido por intento de robo, aunque ya había sido condenado por otros hurtos que no habían acabado en «intento fallido».
El joven esperó a que la mujer se quedara dormida, pero finalmente cayó rendido en los brazos de Morfeo , y sus ronquidos fueron los que alertaron a la anciana, que llamó inmediatamente a la policía al ver que de debajo de su cama sobresalían unas deportivas.
Cuando llegó la policía, Ivanov continuaba dormido, y tuvo que ser un agente el que le despertara para detenerle.
Ahora se encuentra detenido por intento de robo, aunque ya había sido condenado por otros hurtos que no habían acabado en «intento fallido».