Un trabajo del Museo Británico, que ha realizado tomografías a algunas de las momias que se exponen en sus salas, ha determinado que los egipcios que vivían hace 5.500 años sufrían enfermedades «similares a las que el humano padece hoy en día», como el colesterol alto o el dolor de muelas. También han descubierto un insólito tatuaje. En una exposición que se abrirá el próximo mes de mayo, bajo el nombre Ancient Lives: New Discoveries, el Museo Británico revelará algunos de los secretos que estas momias esconden bajo sus mortajas. Los expertos han indicado que algunos de los cuerpos estaban tan bien conservados que el escáner pudo detectar huesos, tejidos y órganos vitales. Además, para complementar este estudio, se combinó el escáner con la datación por carbono y de infrarrojos. De este modo, se pudo resolver la edad de las momias mirando el desgaste de los huesos. Incluso se ha descubierto que una de ellas lucía un tatuaje del Arcángel Miguel en el interior de uno de sus muslos. «Queremos promover la idea de que no son objetos, sino que eran seres humanos», ha explicado el jefe del departamento Antiguo Egipto y Sudán del museo, John Taylor.
Así, ha explicado que las momias estudiadas provenían de todas las clases sociales, desde la realeza hasta personas comunes que vivían a lo largo del Nilo Occidental. También vivieron en diferentes épocas –la más antigua de más de 5.500 años de antigüedad, mientras que la más reciente vivió hace unos 1.300 años– y eran de diferentes edades, algunos habían fallecido en su juventud y también había cuerpos con 50 años. Entre los datos más destacados, los autores señalan que dos de los ocho momias analizadas tenían una acumulación de placa en las piernas —básicamente colesterol, calcio y tejido— lo que sugiere que sufría de problemas cardíacos. Los expertos apuntan a que era causa de una dieta rica alta en grasa, aunque no descartan que se tratara de una dolencia genética. La mayoría tenían una mala salud dental y múltiples infecciones, que podrían haber dado lugar a la inflamación de la garganta, la asfixia y finalmente la muerte. Del mismo modo, los análisis de restos digestivos sugirieron que los egipcios disfrutaban de una dieta amplia que incluía pescado, un poco de carne, cerveza, pan y frutas ricas en azúcar.
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